lunes, 4 de mayo de 2009

MANIFIESTO BARROCO

" LA IMAGEN DEL MUNDO Y DEL HOMBRE"

Partiendo de la idea de imagen, vista como signo y como símbolo, la imagen del mundo barroco tiene en su haber, infinitas connotaciones que nos remiten a conceptos contradictorios, y mas que eso; a causas diversas que generarán consecuencias, según las circunstancias a las que obedezca el ámbito social, económico, religioso, ideológico-filosófico, entre otras en el plano cultural. Hablar de lo barroco, es hablar de la expresión del arte, del sentimiento ligado al sufrimiento, de una inquietud que mueve las acciones del hombre, de una búsqueda interior, de un encuentro y una necesidad de identificación con lo exógeno, es tener una conciencia de la crisis, en un momento específico, tener clara la imagen de una época que puede verse representada aunque no en su totalidad, en sus valores y apreciaciones particulares. La idea del barroco nos hace pensar, en el teatro de la realidad, al barroco le interesa exponer la locura del mundo al revés, aludiendo con ello su idea contraria. Este descontento del mundo y sus cotidianas contradicciones, hacen de la cultura barroca, una sociedad que vive inmersa al cambio, creando un estado de inestabilidad y un sentimiento de desasosiego, que afecta al hombre, a sus semejantes y a su entorno. El mundo atacado por sus males sociales, subvierten los valores y principios morales, pues el hombre solo es amigo de su provecho, de su ventaja, de su propio interés. El mundo frente al cual se ve, es uno confuso, alterado, adverso, como en un laberinto sin salida, y como una fiera acorralada, responde con violencia, con egoísmo, vileza cruel y maligna, evocaciones de su lado oscuro y negativo. En la cultura barroca del siglo XVII, la violenta competencia lleva al hombre a enfrentarse a su homólogo, su actitud caníbal, descarnada, despiadada frente al dolor ajeno, reportan su conducta mal sana y criminal, esta depravación hace que el hombre infrinja la norma establecida por la sociedad, aunque muchas veces es esta misma quien impulsa al hombre a cometer estos delitos muchas veces institucional izadas en función de una causa mayor que lo demanda. La desconfianza, al egoísmo, todo forma parte del mismo capital. El hombre ciego ante sus verdaderas posibilidades de equilibrio y evolución. La incertidumbre del mundo dinámico, mundo barroco que se adapta a las condiciones existentes, a sus opuestos y necesidades expresivas, para renovarse.
El hombre barroco aprender a reinterpretar el mundo de sus sentimientos contrarios y experiencias muchas veces dolorosas, pesimistas, alegres, esperanzadoras, como parte de una tragicomedia, y desde el teatro de su vida maltrecha, se burla de sí mismo y del entorno social de su época, pero su habilidad estará en reconocer la transformación de todo lo creado, acoplando sus inquietudes y experiencias a una mejor disposición que permita encontrar y fusionar una evolución mas armónica y conciente, que le permita construir su propia versión del mundo que lo rodea. El hombre según se piensa , es un en el siglo XVIII, es un individuo que lucha consigo mismo, es un ser agónico, pesimista, que tiene una visión de muerte particular mas allá del elemento doctrinal y preparatorio hacia un tránsito, pues significa una forma adversa a la vida. La muerte que amenaza desde su atuendo iconográfico a través de la calavera, nos recuerda con increíble asecho y afección nuestra condición humana y mortal, sutil represión de la psiquis, para los que están vivos y como si esto no fuese suficiente, lo inexplicable, lo enigmático, lo desconocido lo paraliza sin remedio, el mas allá.
La vida como concepto que se contrapone a la muerte, es un contínuo cambio, una contínua búsqueda de respuestas e interpretaciones, donde lo utilitario tiene su espacio, pero también su inspiración creativa y renovadora. Pues el hombre se hace copartícipe de las obras que realiza, porque a través de sus juicios de valor y experiencias, forma un criterio propio, práctico y mas humano. De la misma manera, el hombre barroco debe preocuparse y ocuparse de sí mismo, es decir, debe paralelamente madurar e ir construyendo en ese hacerse de sus propias vivencias, su propia historia.
Los fenómenos progresistas que se dan en los Estados modernos nos llevan a pensar, que esta consige su fértil gestación a través del concepto de libertad, y con ello, en la capacidad de elegir y adecuarse a los cambios profundos y continuos a lo que se ven expuestas las sociedades y las épocas. La libre competencia por ofrecer bienes y servicios en post de sus intereses, lleva al hombre a pensar en una calidad de vida, sin embargo la naturaleza del mismo dejará desprovisto a muchos de sus semejantes, en la vil competencia, empobreciéndolos. El hombre barroco inmerso en tales resultados antagónicos se debatirá entre su propia naturaleza inherente de supervivencia, salvaje y su nuevo enfoque evolutivo, para poder elegir el camino mas idóneo a su aprendizaje y sabiduría.

Libro: La Cultura del Barroco de José Antonio Maravall.
Artículo inspirado en la Lectura del Capítulo 6, elaborado por: Esmeralda D' Enjoy

1 comentario:

  1. belo!!!..e para vosotros...

    "aetas:Carpe Diem quam minimum credula postero."

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