Francisco de Medrano
Veré al tiempo tomar de ti, señora,
por mí venganza, hurtando tu hermosura;
veré el cabello vuelto en nieve pura,
que el arte y juventud encrespa y dora;
y en vez de rosas, con que tiñe ahora
tus mejillas la edad, ay, malsegura,
lilios sucederán en la madura,
que el pesar quiten y la embidia a Flora.
Mas cuando a tu belleza el tiempo ciego
los filos embotare, y el aliento
a tu boca hurtare soberana,
bullir verás mi herida, arder el fuego:
que ni muere la llama, calmo el viento;
ni la herida, embotado el hierro, sana.
Francisco de Medrano
A Don Juan de Arguijo, contra el artificio
Cansa la vista el artificio humano,
cuanto mayor más presto: la más clara
fuente y jardín compuestos dan en cara
que nuestro ingenio es breve y nuestra mano.
Aquel, aquel descuido soberano
de la Naturaleza, en nada avara,
con luenga admiración suspende y para
a quien lo advierte con sentido sano.
Ver cómo corre eternamente un río,
cómo el campo se tiende en las llanuras,
y en los montes se añuda y se reduce,
grandeza es siempre nueva y grata, Argío;
tal, pero, es el autor que las produce:
¡oh Dios, inmenso en todas sus criaturas!
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