La desvalorización religiosa del mundo se hace presente en la personalidad de Don Juan Tenorio, figura del espejo planteada por José M. Gonzalez García en su trabajo " la cultura del barroco" (128), sin embargo, encontramos que la ironía que representa la muerte para el protagonista de nuestra obra es tan obvia, que desprecia su presencia en el fantasma de Don Gonzalo. No cabe duda que el autor del Burlador de Sevilla nos presenta el tema de la muerte como un recurso para recordarnos que la justicia ha de llegar a todo ser, sin importar su condicion social, política o económica. Nos presenta una obra en la que todo hombre o mujer se puede sentir representado, bien sea en el burlador que cree que todo lo puede por su condición económica o política, o la dama que también cree poder alcanzar lo que quiera por su condición humana. O el cortesano ejerciendo el poder que posee para burlar la justicia, y hasta el criado que por obediencia es capaz de faltar a los principios y valores más elementales. Que tarde me lo fiais se traduce luego en "quien tal hace que tal pague", es la muerte en representación de lo sagrado la que dara fin a las burlas de toda la trama. Las burlas de Don Juan y las burlas de los demás personajes que actúan por ambición, condición o despecho.
La muerte es la justicia definitiva y la que lleva todo a su justo lugar. Todo es vano, y así se ve la vida de hazañas que se deshacen en la tumba de Don Gonzalo.
ResponderEliminarY tal vez por ello el espejo juega un papel fundamental en la literatura barroca, porque luego de las experiencias, el reflejo de lo que hemos hecho y de lo que fuimos, contrasta con lo que hacemos y con lo que somos. La justicia se nos presenta en la muerte, pero se refleja antes de ésta, en el espejo.
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