jueves, 11 de noviembre de 2010

¡Cielo! ¡Amor! ¡Libertad!.

La crítica reconoce que Hamlet, es una inteligente representación de la transición entre lo premoderno (mundo amparado por lo religioso) y lo moderno (mundo desamparado).
En esta transición existe el descubrimiento de un nuevo "órgano" llamado conciencia. Los personajes dibujados por Shakespeare, son la expresión de los conflictos más complejos dados a luz por el inminente estado de conciencia, la dimensión profundamente introspectiva y el dilema de los individuos que de forma tan temprana no encuentra que hacer. Todas estas situaciones invaden y caracterizan al hombre moderno.
El suicidio puede ser el conflicto que funciona como motor de las disertaciones filosóficas, tan presentes en los librepensadores de esta época. Ofelia, a mi juicio, se nos muestra como la como la máxima representación de esas disertaciones.
Las crísis y las unidades de acción de este personaje (aunque parecen tener efectos retardados en la obra) tienen implicaciones profundamente humanas. El suicidio de Ofelia representa la debacle progresiva del hombre en su búsqueda por la trascendencia. Este personaje no es dueño de sus deseos, porque las circunstancias lo van cercando. El poema de Rimbaud ejemplifica magistralmente esta hipótesis , ya que canta y cuenta la desesperanza, desesperanza del hombre moderno que no encuentra como sostenerse porque todo lo que lo rodea esta en crísis, en especial su fé .
Ofelia es obediente a sus pasiones, en el sin sentido de su vida hace caso al llamado de la naturaleza.
Nuestra experiencia imaginal, experiencia de hombres modernos, conecta facilmente,con este personaje que finalmente obedece su propia naturaleza, sucumbe y se muestra débil ante la locura de las pasiones. Ofelia es la imagén perfecta de la adquisión de conciencia definitiva. El río, la ímagen del agua, supone para ella la eternidad que no encuentra en lo terreno, es un personje evidentemente maleable, pero conciente de que la libertad plena y definitiva se obtiene, no en la existencia, sino en la trascendencia. Ofelia no es una mujer. Es un sentimiento. es la perdida de la fé en el cielo, en el amor y en la libertad. . . Es la esperanza de trascendencia en "el infinito terible". . .
"¡Cielo! ¡Amor! ¡Libetad! ¡Que sueño, oh, pobre loca!
Te fundiste en él como la nieve en el fuego;
Tus grandes visiones estrangularon tus palabras
-¡Y el infinito terrible espantó u mirada azul!"

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