Bien sea en teatro o poesía, Ofelia ha dejado una gran huella a lo largo de toda la historia de la literatura. Su muerte especialmente, ha logrado un impacto tan importante que le ha permitido evolucionar por medio de distintos autores a través de los años. En el poema de Rimbaud se puede ver una visión mucho más moderna de Ofelia, aunque esta mantiene el mismo tono y contenido de la obra de Shakespeare. En ambos textos, el suicidio está rodeado por un aire extremadamente poético, principalmente por la imagen tan íntegra, sutil y a la vez oscura con que se presenta.Todo está enmarcado por un encanto que idealiza la muerte, que logra silenciar el despiadado y fatal designio que sufre nuestra Ofelia. Esto lo podemos ver claramente en el relato que hace Gertrudis en Hamlet: “(…) sus ropas se extendieron y la sostuvieron y rato a flote como una sirena, (…) pero no pudo tardar mucho que sus vestidos pesados de tanto beber, arrebataran a la pobre desgraciada de su canto melodioso a la fangosa muerte” (Acto IV escena VII).
Asimismo, al momento de contrastar las Ofelias de ambos textos podemos encontrar otro elemento muy interesante que vale la pena destacar. Si bien es cierto que Rimbaud se basa en la Ofelia Shakesperiana, claramente no son las mismas. En “Hamlet” se da a entender que las razones que llevan a la joven a su irremediable locura es el asesinato de su padre. Mientras que en el poema lo que hace que Ofelia pierda la razón es la decepción amorosa causada por el rechazo del príncipe. Quizá en Shakespeare la indiferencia de Hamlet también haya influido en el sufrimiento de Ofelia, pero nunca se muestra tan evidente y profundo como en Rimbaud:
“(…) Y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco misterioso, a tus pies se sentó.
Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca!
Te fundías en él como nieve en el fuego; (…)”
Es imposible evitar inclinarse un poco más por la muerte pasional e intensa que nos dibuja Rimbaud, ya que nos completa esa historia de amor que nunca termino de mostrarse o por lo menos nos da esa sensación de que Ofelia efectivamente si amaba a Hamlet. Esa es una de las tantas maravillas de esta obra, sus múltiples interpretaciones nos hacen conocer otro lado de personajes poco profundizados como Ofelia. Todo es parte de la magia que nos provoca Shakespeare, donde nunca se niega ni se afirma nada.
Asimismo, al momento de contrastar las Ofelias de ambos textos podemos encontrar otro elemento muy interesante que vale la pena destacar. Si bien es cierto que Rimbaud se basa en la Ofelia Shakesperiana, claramente no son las mismas. En “Hamlet” se da a entender que las razones que llevan a la joven a su irremediable locura es el asesinato de su padre. Mientras que en el poema lo que hace que Ofelia pierda la razón es la decepción amorosa causada por el rechazo del príncipe. Quizá en Shakespeare la indiferencia de Hamlet también haya influido en el sufrimiento de Ofelia, pero nunca se muestra tan evidente y profundo como en Rimbaud:
“(…) Y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco misterioso, a tus pies se sentó.
Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca!
Te fundías en él como nieve en el fuego; (…)”
Es imposible evitar inclinarse un poco más por la muerte pasional e intensa que nos dibuja Rimbaud, ya que nos completa esa historia de amor que nunca termino de mostrarse o por lo menos nos da esa sensación de que Ofelia efectivamente si amaba a Hamlet. Esa es una de las tantas maravillas de esta obra, sus múltiples interpretaciones nos hacen conocer otro lado de personajes poco profundizados como Ofelia. Todo es parte de la magia que nos provoca Shakespeare, donde nunca se niega ni se afirma nada.
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