viernes, 21 de enero de 2011

El inicio y el fin, el fin del inicio.

EPITAFIO PARA UNA NIÑA

"Esta pequeña bóveda, esta cámara estrecha,
son tumba del amor y la belleza;
el rayo que nacía y empezaba
a alumbrar nuestro cielo nublado, aquí se apaga,
ya puesto para siempre, y enardece
lo más profundo allí donde lo envió la Muerte.
Era sólo un capullo, mas tenía
dulzura como abril ya no nos brindaría;
un lucero en capullo, pero acaso,
al abrirse del todo, se hubiera en sol trocado.
Hermosura en agraz, dio nueva vida
al estado de amor, que ya declina;
mas acaba su imperio y nos quedamos
libres de fuego y dardos aguzados.
Que su ardor y su arco nadie tema:
yacen aquí sus llamas y sus flechas".

THOMAS CAREW
1595(?)-1639(?)

El claro-oscuro del nacimiento y la muerte, son un reflejo de una forma barroca de ver al mundo. Y es que nada es más brillante que la inocencia, ni más temible que la sombra opaca de su fin.

Lo dulce y lo amargo, la vida sin haberse vivido. La llama que se apagó antes de arder completamente. Fuego y penumbra. Calor, frío, sepulcro. Contraste imborrable que se ve en cada aspecto de la existencia humana.

Si bien no se tiene una idea o definición concreta de lo que es o debe ser el barroco podemos acercarnos, sentir cuando algo se nos dibuja como tal.
Lo efímero del ser humano (y de cualquier ser viviente) se destaca en esta obra, la naturaleza segura y al mismo tiempo impredecible que nos depara la suerte. Es un asunto inherente a la vida, el de morir, pero artificioso cuando se trata de la infancia. Tanto que causa una sensación de pesar distinto al de una muerte más tardía. Genera una suerte de hastío, de lástima mezclada con melancolía tierna y regocijo por descubrir que el alma se mantiene pura más allá del cuerpo y la muerte.

Y el concepto de una tumba, de un epitafio de una niña en un poema dulce, a fin de cuentas, es totalmente barroco. Es hacer contrastar la hermosura de la poesía con la oscuridad de la naturaleza humana.
Todo termina siendo natural y no tanto, seguro y temido. La muerte, oh, más de la vida que la vida misma.

Noryan Yvyana

1 comentario: