lunes, 24 de enero de 2011

QUEVEDO. MÁS ALLÁ DE LO HUMANO

El barroco representa un nuevo periodo en la cultura de Europa sobre las manifestaciones del arte y del pensamiento. Se buscaban motivos nuevos y procedimientos renovados, era un movimiento reaccionario cuyo interés era producir una honda separación de lo pasado. Ímpetu, artificiosidad y profusión son tres tópicos característicos del barroco, en este sentido es un movimiento dinámico y evolutivo, de fuerza y acción en la observación del universo.

La crisis y desasosiego producto de todos los cambios científicos y humanísticos propiciaban la renuncia de lo terreno en aras de lo espiritual o lo místico, o por el contrario el apego a lo sensorial, corporal y el desenfrenado goce de la vida. Esto no significa un distanciamiento caprichoso en las tendencias, sino una selección de grados y de representación de la realidad que era muy variado en esa época.

Uno de los temas más importantes de la poesía barroca es el tema del amor sumamente ligado al tema de la muerte, ambos temas influenciados por las nuevas concepciones y revoluciones científicas desarrolladas en el campo de la física por hombres como Galileo, Copernico y Kepler. Estos descubrimientos inciden en las manifestaciones artísticas porque ante el hombre se presenta una nueva concepción del universo que lo deja en una posición de infinito desamparo, puesto que estas leyes no están definidas por Dios sino por los misterios ignotos del cosmos.

Entonces al poeta se le presenta el problema de la finitud de la vida ante la infinitud del tiempo y la muerte, de la fragilidad de las pasiones humanas ante la perennidad del olvido. Quevedo máximo representante del conceptismo sustenta perfectamente estos problemas de la inestabilidad de la fe en su poema "Amor constante más allá de la muerte" :

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)

En este poema Quevedo no habla de un amor particular sino del amor humano, plantea la idea de lo orgánico eterno,en este sentido se establece una imagen completamente barroca porque se funda en la idea de la paradoja y se concreta la conciliación de los antagonismos .En el caso de este poema tanto la muerte como el amor son verdades, se establece lo barroco en la eterna batalla de los elementos opuestos, batalla que se resuelve en una especie de tentativa de la evasión mística, se resuelve convocando fuerzas que van más allá de lo materialmente humano.

El poema revela lo mágico en la desaparición y la presencia en la transmutación de los elementos, otorgando a la pobre condición humana omnipotencia cuando dos personas se aman. El amor facilita el encuentro de los opuestos, la vida y la muerte, así como “las plumas y las piedra” referidas por Octavio Paz, dejan de ser dos conceptos, dejan de ser esto o aquello para encontrar trascendencia en la mixtura que otorga la paradoja de pensar en que aunque falte la vida siempre queda lo vivido.

Vanesa Daniela León.

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