domingo, 23 de enero de 2011

Necrología grotesca

Miseria humana


¿QUé somos los humano? Albergue de dolores,


Pelota del azar, errante fuego fatuo,

Teatro del temor y de contrariedad

Nieve fundida en breve, candelas consumidas,

La vida nos escapa como burlas y charlas.

Los que antes pusieron la túnica del cuerpo

E inscritos se encuentra en el libro de muertos

Borrados están ya de nuestros corazones.

Como un sueño vano que cae en el olvido,

Como se pierde el río al que nada detiene

Así desaparecen fama, nombre y honor.

Lo que ahora alienta perecerá ya pronto,

A la tumba nos siguen los que nos continúan


Y desaparecemos cual humo entre los vientos.


A sí mismo


DE mí mimo me espanto, tiemblan los miembros todos

Cuando contemplo ahora la nariz y los labios,

Las cuencas de los ojos, cegados de velar,

El penoso jadeo y los párpados muertos.

La lengua, hinchada y negra, hablar no puede ya,


Sólo es un balbuceo. Agotada el alma

Clama al Dios de consuelo. La carne apesta a tumba.


Los médicos me dejan, aumentan los dolores.

Mi cuerpo es ya tan sólo venas, alma y huesos.

Si me siento, padezco, y sufro si me acuesto.

Los muslos necesitan de alguien que los sostengan.

¿Y qué valen la fama, la ciencia y la juventud?

Cuando la hora llegue no habrá más que humo y niebla

Y el morbo que ataca y mata sin clemencia.


Barroco, a pesar de no poder ser definido en una totalidad, puede ser retratado en el imaginario a través de la imagen de la perla irregular, visión extravagante. En los poemas de Andreas Gryphius podremos hallar la fuerza visual de las imágenes grotescas. Uno nos retrata la muerte individual, un cuerpo que padece. La conciencia interna del propio padecimiento del fenecer. Ir sintiendo como cuerpo y alma se consumen. La idea de lo corporal es vívidamente extravagante.

El otro nos presenta de igual forma la muerte, pero desde una perspectiva del colectivo humano, marcándola como un tránsito efímero al que todos estamos condenados, sufrir y morir. Barrocos por sus imágenes grotescas sobre la previa descomposición del cuerpo, la idea del tiempo consumiéndonos tanto en cuerpo como en alma hasta la tumba, a la vez que señala la equivoca importancia que se les da a banalidades como la vanidad de la juventud y el honor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario